Los ismene son los soñadores entre nosotros. Si prefieres retirarte a tu propio mundo de sueños para poder suprimir la realidad de la vida cotidiana. En tu trabajo o en la escuela "no estar en clase". Puede que camines hasta la cocina para coger algo y una vez que llegas a la cocina no sabes en absoluto lo que tenías que hacer allí. Conduces de A a B y llegas a B y parece que has viajado mucho con el piloto automático. También puede ser un indicio que tropieces o te golpees a menudo, que puedas sentarte debajo de los moratones, que cojas algo rápidamente o que los objetos se caigan con facilidad. Ismene te da una visión de la realidad y te lleva al "aquí y ahora". Comprenderás mejor la coherencia del mundo. Te vuelves contemplativo de todo. Echas una mirada retrospectiva a lo que has hecho y, al mismo tiempo, se produce una especie de despedida de "tu antigua vida". Eres capaz de decir adiós a las "ilusiones no reales", que a veces pueden ser intensas. Llegas con los dos pies en esta vida. Tu creatividad tiene la oportunidad de desarrollarse. Eres capaz de hacer las cosas que tienes que hacer en el aquí y ahora sin tener la sensación de estar o sobrecargarte.