Los Dotterbloem son los verdaderos impacientes entre nosotros. De hecho, no quieren perderse nada de la vida. Son las calcomanías entre nosotros. Parece que siempre tienen prisa y así se comportan. En una tienda, también están siempre en la cola equivocada. Tienen la sensación de ser conducidos por un cohete. Su ira, rápidamente inflamable, se desborda enseguida. Y como consecuencia de su apresurado modo de vida, a menudo están expuestos a tensiones nerviosas. Dotterbloem se encarga de que de esa prisa, inquietud e impaciencia siempre presentes lleguen a comprender que todas esas tareas que siempre quieren hacer simultáneamente también las pueden hacer, pero una tras otra en paz.